El burrito albino
Una historia que habla del respeto a las diferencias
Gaspar era un burrito muy simpático y divertido. No le temía a nada
ni a nadie. Tenía un carácter jovial, alegre, era especial, diferente a
los demás burritos.
Por ser diferente todos los animales lo miraban con desconfianza, y
hasta con temor. ¿Por qué era diferente? Cuando nació era totalmente de
color blanco; sus cejas, sus ojos, sus uñas, el pelaje, el hocico, todo
era blanco. Hasta su mamá se sorprendió al verlo.
El respeto a la diversidad
Gaspar tenía dos hermanos que eran de color marrón, como todos lo
burritos. Su familia a pesar de todo, lo aceptó tal cual era. Gaspar era
un burrito albino. A medida que fue creciendo, él se daba cuenta que no
era como los demás burros que conocía. Entonces le preguntaba a su mamá
por qué había nacido de ese color. Su mamá le explicaba que el color no
hace mejor ni peor a los seres, por ello no debía sentirse preocupado.
- Todos somos diferentes, tenemos distintos colores, tamaños, formas,
pero no olvides, Gaspar, que lo mas importante es lo que guardamos
dentro de nuestro corazón, le dijo su mamá.
Con estas palabras, Gaspar se sintió más tranquilo y feliz.
Demostraba a cada instante lo bondadoso que era. Amaba trotar
alegremente entre flores, riendo y cantando. Las margaritas al verlo
pasar decían:
- ¡Parece una nube que se cayó del cielo, o mejor un copo de nieve cayendo sobre el pastizal, o una bola de algodón gigante!
Las rosas, por su lado opinaban:
- ¡es la luna nueva que cayó a la tierra y no sabe volver!
Cuando Gaspar salía de paseo por los montes, las mariposas salían a
su encuentro, revoloteando a su alrededor, cual ronda de niños en el
jardín; los gorriones, lo seguían entonando su glorioso canto. Gaspar se
sentía libre y no le importaba que algunos animales se burlaran de él.
De repente llegó a un arroyo y mientras bebía agua, los sapos lo
observaban con detenimiento y curiosidad y se preguntaban:
- ¿Y este de donde salió?, ¿Será contagioso, un burro color blanco?, ¿o será una oveja disfrazada de burro?
Siguió su paseo, y en el camino se encontró con un zorro que le dijo:
- Burro, que pálido eres, deberías tomar sol para mejorar tu aspecto.
- Yo tomo luna, por eso soy blanco, me lo dijo un cisne que nadaba en la laguna, respondió el burrito inocentemente.
- ¡Qué tonto eres! Jajaja, eso de tomar luna, es muy chistoso, jajaja, se burlaba el astuto zorro.
Gaspar no entendía donde estaba el chiste, porque él se creyó eso de
tomar luna. Siguió su camino, pensando en lo que le había dicho el
zorro. Entonces decidió recostarse sobre la fresca hierba bajo el
intenso sol de verano. Transcurrieron unas horas en las cuales, Gaspar,
se había quedado dormido.
Después de un rato se despertó, tan agobiado y muerto de calor que
corrió a refrescarse en la laguna. Cuando salió del agua, observó su
imagen reflejada en ella y una triste realidad, su pelaje seguía blanco
como siempre. El cisne lo había engañado. Los cisnes que lo miraban se
reían de él.
- Que tonto eres, ¿crees que poniéndose al sol su pelaje cambiará de color?, se burlaban.
Gaspar siguió su camino, y de repente encontró frente a sus ojos, un
paisaje muy bello que lo dejó atónito. Se encontró en su lugar, su
mundo. Todo era blanco, como él. Se metió más y más, y empezó a reír y
reír. Estaba rodeado de jazmines, por acá, por allá, más acá, mas allá,
todo blanco y con un aroma embriagador.
- Gaspar, ¿Qué vienes a hacer por aquí?, le preguntaron los jazmines.
- Aparecí de casualidad, no conocía este sitio, le contestó Gaspar.
- Cuando te vimos de lejos supimos que eras vos. Oímos hablar de vos,
los gorriones y las mariposas nos contaron tu historia. No debes
sentirte triste por tu aspecto, míranos a nosotros, deberíamos sentirnos
igual, y sin embargo tenemos algo que nos identifica, que no se ve pero
se siente, es el hermoso perfume que emanamos, que es único y hace que
todos los días nos visiten cientos de mariposas y pájaros, tan bellos
como nunca vimos.
Comparten todo el día con nosotros y no les importa si somos blancos o
de otro color. Tú también tienes algo que es más importante que tu
color, que se percibe. Es tu frescura, tu bondad y alegría. Cualidades
que hacen que tengas muchos amigos verdaderos. Debes aceptarte tal cual
eres, para que te acepten los demás, le animaron los jazmines.
Gaspar, recordó las palabras de su mamá. Desde ese día se aceptó como
era, y cosechó muchos más amigos que no lo miraban por su aspecto, sino
por lo que guardaba en su gran corazón.
FIN
(Este cuento nos ha sido enviado por Claudia Mariel Corallini - Argentina)